Ferias y bazares: Damas Diplomáticas 2011

Los fines de año juntan buen tiempo, listados de regalos y compras, así como iniciativas benéficas. Desde rifas hasta teletones, esta época es abundante en colectas de distinta laya.

En medio de todo esto, ayer sábado 3 de diciembre tuvo lugar la 21° versión del Bazar de la ADD. ¿Qué tiene de interesante, cómo puede vencer nuestra rápida asociación entre «bazar de damas» y «centro de madres»? Los argumentos son 3: recaudación de fondos para obras de beneficencia sin la estridencia corporativa de otros, venta de artesanías de diversos países (de lo que no podemos decir prácticamente nada) y una muestra de platos de comida al paso realmente destacada por lo novedosa, plural y accesible.

La oferta, por supuesto, va bastante más allá de los sánguches, pero hicimos un extracto acorde con nuestro tema favorito. Acá van tres ejemplos de cómo las costumbres alimentarias se parecen, y de cómo las gastronomías de otros países nos pueden dar tantas buenas ideas:

Colombia: arepa con todo

La arepa no es un sánguche, porque es una masa rellena en vez de un pan que se destina a atrapar comida. Pero tampoco es una empanada, porque la relación entre masa y relleno es más intensa y carnal. Podría parecerse a una pupusa centroamericana, pero eso nos fuerza a aclarar si la pupusa es o no es familiar del sánguche.

En fin, lo claro es que se trata de una masa de maíz rellena, en este caso de una mezcla de carnes deshilachadas de pollo y vaca, más una base de cebolla y tomate. El sabor colombiano es más dulce que el chileno, y también se puede decir que la porción es más frugal. Podemos aprender de esta idea que el pan pita también puede comerse caliente y con rellenos guisados. No todo es hacer dieta para el verano.

Irán: Kebab de cordero y carne

Entre la variada oferta de bocadillos de Medio Oriente, nos interesó ver que los amigos de Irán habían propuesto un sánguche a partir de un bollo alargado de carne molida elaborado de cordero y vaca. Nos parece que su nombre es «kebab», pero decir kebab es como decir «sánguche»: es un mundo amplio y variado, no es un caso particular.

Acá lo interesante es la sazón de esta albóndiga que semeja una salchicha, y la idea de usar pan de completo -comprado seguramente en el supermercado más cercano-, así como una salsa de perejil y (poquito) cebollín. Una salsa verde menos enjundiosa, más liviana.

El resultado es interesante porque el cordero aporta un sabor novedoso, y también porque nos hace pensar en fricandelas tubulares, ases inspirados en Persia y en acercar los múltiples aderezos locales -tomate, por descontado; palta, por qué no- a estas tradicionales preparaciones de año nuevo.

Palestina: Falafel

De entre todas las ofertas de falafel -disponibles al menos en las fondas de Turquía e Israel- nos inclinamos por Palestina. Simpatías políticas pueden haber tenido su importancia. También porque, incluso con la considerable colonia palestina presente en Chile, su comida no tiene una difusión proporcional (¿cuántos restaurantes palestinos hay en Santiago o en La Calera?). Entonces, la curiosidad es así.

El falafel, como sabemos, es un crocante bollo de garbanzo especiado que se fríe. Se transforma en sánguche con apoyo de un delgado pan pita y tomate en cubitos aderezado en salsa tahíne. El sabor amargo y dulce de esta ensalada fría contrasta con el falafel calentito y salado, creando una amalgama propia de un plato de comida. El tipo de comida vegetariana que nos podría interesar.

En fin, sabores, aderezos, combinaciones y formatos nuevos. El bazar además propone un tipo de comida portátil, accesible (todo anda alrededor de $2000) y gustosa. El futuro del sánguche chileno es participar en muchos experimentos y cruzas como las que permite este bazar.

Nota: de la brevísima oferta culinaria del Reino Unido -en el bazar y en la cultura occidental- rescatamos unas sausages artesanales que prepara Kate Smith. Lo mismo unas albóndigas rumanas que parecen familiares de esa fricandela insigne que tanto nos ha gustado. Para el otro bazar quedan pendientes.

Hamburguesa Clásica, del Kleine Knaipe

En la tradición del Rumano
Lechuga, tomate y cebolla morada

Tiene terraza, unas pocas mesas alrededor de la barra y un subterráneo. La oferta de bebestibles incluye, claro,  cerveza artesanal y de schop, pero café también. Los sánguches se ordenan en la carta según sean tradicionales (de primera y segunda generación) o gourmet (donde se proponen algunas cosas de tercera o cuarta generación), pero partimos por la hamburguesa Clásica.

Buen pan, buena carne (aromatizada con ajo) y una guarnición de papas fritas de buena calidad, con salsa para untar incluso. Kleine Knaipe es un bar de inspiración alemana moderna -nada que ver con restoranes tipo Lily Marlen- y citadina, que aspira a contener en su pequeña barra las conversaciones y apetitos de quienes salen de sus trabajos.

Ficha
20/07/10
Kleine Knaipe (Román Diaz 21), con N.
Hamburguesa Clásica, Schops y café.

Awards

En la costumbre de fin de año de hacer ránkings, el sitio La Buena Vida incluye la categoría «Sandwicherías». El listado -disponible para votación a los lectores inscritos- dice así:

* Tip y Tap
* Fuente Suiza
* Fuente Alemana
* El Kika Ilmenau
* Mr. Jack
* Fuente Chilena
* Dominó

Como nosotros no hacemos votaciones ni ránkings, sino elogios lo más directos posible, si a usted le gustan mucho los awards diríjase por allá. Por acá,  entre tanto,  encontramos que Ciudad Vieja se merece una segunda visita y prontamente una reseña.