Expo-Snob 2009: y los sánguches dónde están

Tal como el año pasado, la revista Paula organizó un evento (de nombre propio «mercado paula gourmet«) que resulta difícil denominar en un sentido más general. ¿Es una feria minorista, como una competencia al pasillo gourmet del supermercado o al dato piola de barrio? ¿Un festival gastronómico tipo Mistura? Difícil con tan pocos cocineros. ¿Un pasatiempo cuico-ondero, una alternativa a cualquier otro evento en Vitacura para combatir el tedio? La segunda versión deja esas dudas conceptuales mucho más abiertas, pese al alto rating.

Pero este blog es sanguchero. Y no encontramos ni libros, ni recetas ni conocedores del sánguche chileno en el evento de marras. Sí vimos un stand que promocionaba una máquina panificadora casera o un par de charcuterías que, con algo de inventiva, permitirían hacerse uno mismo el sanguchito anhelado usando productos tan buenos como el saucisson «Rosario con nuez». Nadie que vendiera o promocionara siquiera UNA sola miserable receta bien elaborada, como recordándonos el temor ancestral -o flojera tal vez- por el producto terminado en lugar de la materia prima.

Mucho emporio, mucha gente, pocas ideas. Heroicos productores de aceite de oliva, para quienes el pan es invisible. Un pizzero lleno de convicción respecto a sus ideas y productos. Organización y orden, Narda Lepes, caras reconocibles y esa elegancia desmelenada de la revista organizadora, pero una conexión tan pálida, tan anémica, tan desganada con el vigor de la comida urbana y popular sólo nos confirma que ellas (las despectivas modelos personas a cargo de esta feria indefinida en sus propósitos) no pondrán nunca al sanguchismo chileno a la altura del merkén, las pastas artesanales, el aceto o el aceite de palta. Así que lo seguiremos haciendo nosotros, con paciencia. Fuera de Vitacura el sánguche está vivo, se reproduce y porfía.