En terreno: Fuente Holandesa

Las diversas «fuentes» con sus respectivos gentilicios llaman nuestra atención. En este caso, nos dirigimos con J. a la concurrida Santa Rosa para recalar en la Fuente Holandesa. ¿Qué tiene de los Países Bajos? La verdad, nada. Ni tulipanes, ni venta de drogas ni molinos. Quizás, sí, la singularidad de la tolerancia. No nos corresponde reseñar el punto, pero sí, tiene una pequeña y saludable fama.

Alrededor de una barra curva se desparraman unas pocas mesas, atendidas con simpatía. Nos ofrecen guardar la bicicleta, sabiendo que el barrio no es un oasis y que un comensal tranquilo come/bebe más que uno nervioso (de no encontrar sus pertenencias, de eso hablamos). La oferta sanguchera -explicada verbalmente, la carta no juega un rol- es estándar y así lo hace saber la mesera. Nos preguntamos por qué entonces se ofrece en la puerta un lomo holandés. Ante la discrepancia entre letrero y gente, la intuición nos dice MEJOR CREER EN LA MESERA. Si los sánguches son recetas clásicas, vamos por un Chacarero (me lo ofrecen con mayo… lo prefiero sin). J se pidió un churrasco italiano. Acompañamos con bebidas.

El pan llega calentito, muy pronto. Los porotos verdes están frescos, el tomate en rebanadas gruesas. El ají, quizás, un poco desprolijo en el corte. Pero lo más destacable está en dos características del sánguche:

1. La carne del churrasco está blanda. J me confirma que en su sánguche está igual. El corte de carne tiene un grosor estupendo, que permite que tenga jugo y que no haya tironeos al comer. Buena plancha han de tener, buen maestro.

2. El punto de sal, perfecto. Entre ponerle y no ponerle, le pusieron sal. A gusto personal, una demostración de oficio que habla de la trayectoria del local.

Dado que no había fiesta en la disco vecina, la concurrencia era más bien fome, ni siquiera oficinistas acalorados. Documentales sobre las suricatas, un partido de bundesliga en la tele. La sensación de que esta sanguchería está al borde de una calle que de tan transitada, es hostil a la pausa que todo sánguche pide. En todo caso, es una percepción falaz, más cuando se nota la presencia de tanto otro local en esa misma vereda, herencia quizás del Cinerama o del paseo diurno al Santa Lucía.

un animalito sociable
la suricata, un animal sociable

Pero bueno, toda época tiene sus referentes. La Fuente Holandesa aprendió a convivir con una ciudad cambiada, con transeútes inseguros, con paraderos de transantiago y con gente nueva. No sube los precios, quizás achica un poco las porciones.

Pero sin perder el punto de sal.

Ficha

29/10/08
Fuente Holandesa, con J.
Chacarero, bebida y schop

Anuncio publicitario

5 comentarios en “En terreno: Fuente Holandesa

  1. Por lo general llega mas gente en la noche. Ademas la decoracion del local da un poco de calor y por eso no es muy atractivo en verano; la muralla blanca no deberia ser tan mirada a huevo. Otro punto que falto mencionar fueron las paltas, paltas de verdad; que no chorrearon mucho, por lo tanto no las hicieron rendir.

  2. palta picada, no molida.
    hmm, da para un post: formas de hacer rendir la palta, cómo detectarlas y evitarlas.
    pero no quiero hablar de cosas molestas.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s