Ayer fue un día destinado a tareas largamente pendientes, pero que merece quedar señalado en el calendario por un almuerzo en La Fuente Alemana (churrasco-tomate-mayo: celestial) y una merienda en el Lomit’s (gorda completa: chucrut, americana, tomate y mayo).
Remarcable, recomendable e inspirador. Me gusta ver cómo en la mesa del lado el mozo trata de explicarles a cuatro estudiantes gringos que los sánguches pueden ser en frica, molde o marraqueta.