Se muere gente y uno hablando de pan. Pueblos completos destruidos, cuadras de casas en el suelo, playas arrasadas y uno escribiendo de fuentes de soda. ¿Será posible y justo volver a postear algo relativo a los sánguches? Citando una canción sobre el pánico, «¿alguna vez la vida volverá a la cordura?».
La respuesta es que la vida nunca fue cuerda. Que el pan estaba ahí, en las cosas importantes, serias e incluso en las graves. Que la falta de algo para poner dentro de una marraqueta nos enfrenta a los dilemas más lacerantes, las urgencias peores, las debilidades extremas y los daños irreparables. El dolor humano hace perder el hambre, los padres tiemblan cuando los hijos no quieren comer por el miedo que han sentido. El duelo y la pérdida del apetito van unidos.
emociona tu post…