Este año 2010 está marcado a lo ancho por el mundial de fútbol, y en las horas que corren es Uruguay el país que concentra nuestros afectos. Por eso decimos que tenemos un vínculo sanguchero con la Celeste. El fútbol uruguayo, como el Chivito (que NO ES un sánguche de carne de chivo, ciertamente), es una amalgama enjundiosa, brava en calorías y emociones, grande y de corazón generoso.
Comida de gente común, comida cotidiana pero festiva, comida hereje que ninguna religión aprobaría como mandamiento. Comida feliz, en fin, en la que un sudamericano cualquiera podría regocijarse y revivir. Cultura popular que puede intensificar la vida. Qué lejos está todo esto de la mezquindad y la falsa mesura. Esto lo entendemos bien, lo reconocemos. Fuerza Uruguay.
Claro, yo siempre hinché por la celeste. Y ahora que Argentina está eliminada, y el único equipo sudamericano que queda es el de los vecinos más ríoplatenses qeu tiene buenos aires, ¡ahora estamos al 100% con los charrúas!
¡vaaaamo la celeste!
pd: me encanta el chivito. es uno de mis sandwiches favoritos. es tre-men-do.
😉
recuerdo haber ido a montevideo siendo colegial, no cachando nada. pero lo único que recuerdo, eran los chivitos, que comí en varios lados, especialmente en una cadena llamada «La Pasiva». Hace poco pude volver a esa gran ciudad (lejos la capital mas cool de latinoamerica : ciudad con belleza nostálgica, ricas minas y rica comida, que más puede pedir uno..) y me dí la torta con los chivitos.
favoritos!.
Al imaginarme del Chivito se me viene a la mente la Torta de Jamón Mexicana. Deberíamos hacer una junta de sánguches.
tienen varias similitudes, y a su vez con el chacarero nuestro (sanguches bien complejos)