En el post anterior no dijimos que, en sentido estricto, Chanchos Deslenguados no es un lugar, porque no hay un local con este nombre. Pero tampoco (todos) los viñateros son bandas de rock que necesiten un escenario. Seguimos mirándolos con este sesgo: ¿podrían ser una escena?
3 . Los productores deben ser espectadores (consumidores) de los demás: fuera de Luyt, Montsecano o Villalobos -la lista es totalmente arbitraria, ojo- los demás expositores han llegado tímidamente a un cierto rincón, mostrando lo que llevaron y concitando el cuchicheo por el que las marcas estarían dispuestas a pagar. Cuchichean los asistentes y también los demás expositores: prueba ese vino, mira allá en la esquina, esta botella hay que comprarla. Si dejamos a la prensa del vino afuera, esa corriente de apreciación y también ese juicio de competidores es una de las cosas llamativas de una escena. Los productores prueban y opinan. Hay caras que se empezaron a repetir (Tinto de Rulo, por decir uno), hubo cambios en los estilos (González Bastías, que yo recuerde), novedades precedidas del respeto de los pares (Macatho, me parece).
4. Desdén por la escena dominante: esto es fácil. Muchos productores no tienen público en el circuito local. No existen, comercialmente hablando. Dicen el nombre de su lugar de origen y nadie sabe de qué hablan. Les preguntan por cepas y pasa lo mismo. ¿Varietal, reserva, gran reserva? No usan esas categorías. ¿Enfrían el vino tinto? Qué particular. Varios venden afuera de Chile, o en restoranes, y no podrían entrar a supermercados ni a tiendas de vinos en condiciones de otras viñas chilenas. ¿Por qué iban entonces a mirar con afecto o cercanía a un circuito de ventas que resalta otros adjetivos? Nos encanta pensar que la influencia de Luyt hace unos años en Chile tuvo semejanzas con el impacto de Luca Prodan en el rock argentino de principios de los 80. Es una escena en la medida que estos vinos dicen «prueba: sin madera, otros valles, otras formas de producir, sin intermediarios, otro modo de vender, otro horizonte de expectativas».
Es un grupo aparte: un poco campesino, otro poco cosmopolita. Un poco artistas, otro tanto profesionales independientes. Pocos, o nadie, interesado en entrar (o volver) al mercado laboral de las viñas principales. No con estos productos, al menos. Que no quiere decir que el mainstream no se asome a escuchar.