
Vamos a detallar más en extenso a qué nos referimos. No hay ninguna sanguchería que ignore ciertas preparaciones que no tienen dueño, y que los chilenos comen en toda estación.
- Lomo italiano: cerdo cocido en su grasa, corte delgado, puesto de manera generosa sobre el pan y que se completa con el colorido trío tomate-palta-mayonesa.
- Barros Luco: churrasco a la plancha y queso fundido en una marraqueta, amigable con el ketchup y la cerveza cuando el presupuesto es algo más holgado.
- Chacarero: en un pan frica, es un atrevimiento de proporciones en la medida que incluye exitosamente un ingrediente tan exótico como los porotos verdes junto al eterno tomate en rodajas. Aunque a menudo se da a escoger si se incluye el ají verde picado en cubitos, la receta no queda completa sin la fragancia campechana de este suave picante.
- Completo: nos referimos, cómo no, a un hot-dog con todo lo que se le pueda poner. La reinterpretación chilena de esta fórmula cuasi universal pasa por un pan de mayor tamaño y envergadura que es capaz de soportar una carga pesada de tomate en cubitos (y sus jugos), cucharadas indiscretas de mayonesa casera y picadillos que van desde el chucrut hasta la salsa verde.
