Calle Isidora Goyenechea. A pocas cuadras, 2 locales de la fuente de soda Dominó. Este se llama «de lujo«. Local nuevo, muy grande. Es especial porque el metro cuadrado es más caro y por tanto hay más decoración -una barra con una imagen como de algas en las que «nadan» unas fichas alusivas al juego de dominó-, más mesas, techo alto y un ambiente más de restorán que de fuente. Pero a no engañarse.
El personal que atiende viene de otros locales y por lo mismo no se amilana ante la prisa o la cara de esta concurrencia («oiga, ya pues«) o la inusual concentración de corbatas y trajes dos piezas. Curiosamente, no se piden muchas vienesas: un churrasco por aquí, uno de ave por acá, no falta el que pide ensalada -¿en el Dominó? ¿Ensalada?- o que escoge pan miga. En este sentido, el local no varía su carta tradicional, pero apuesta fuerte por las variedades no-vienesa y por los jugos naturales. Cosas que siempre han estado y que el parroquiano no-de-lujo soslaya.
Pedimos dinámico («¿vienesa dinámica?» me pregunta: sí pues, ¿me habré equivocado de cadena?) viena dorada y suave la mayo. Llega pronto, con pan calentito (tostado, incluso) y la calidad esperada. Larga fila para pagar. Cómo lo solucionarán, la fila se multiplica, al hombre de terno no le gustan las filas y también dificulta el paso de los mesoneros. Reciben tickets.
O se transforma este local en un Dominó snob y tiene éxito en ello, discriminando por pinta, o se convierte en uno más de la cadena. Pero no te pueden preguntar si LA DINAMICA es vienesa…
oiga, y usted, qué diablos hacía en Isidora Goyenechea?
voy muy seguido, 3 veces por semana en general
hay cambiao wn!
hace AÑOS que tengo mis rutinas
es el mundo el que cambió