Dichosa identidad

En pleno 2019 insistir en un blog merece una explicación. Referirse a un asunto minúsculo como el interés en los sánguches, curiosamente, es lo que menos justificación requiere. Después de todo, toda la internet de fines de esta década consiste en una nube de puntos de vista que, mirados con alguna distancia, no forman ninguna figura. Quizás la disciplina de la big data me contradiga, pero esas observaciones no tienen escala humana.

En fin, la explicación es esta: se escribe como desde un columpio que alternadamente nos acerca al objeto de nuestras identificaciones -la gastronomía popular de las ciudades, el pan, el orgullo de pertenecer a un grupo que pudo crear y reproducir una memoria de recetas- y luego de mirarlas demasiado rato, demasiado cerca, intensamente hasta confundirnos con ellas, aparece un espejismo que cansa la vista, le imprime una especie de negativo a la retina. Está bien alejarse de la identidad, de la fascinación narcisista con la forma que adquirimos de tanto observarnos. Para eso también sirve la escritura.

Rodrigo Pinto lo reseña de manera precisa en este textoen que revisa un libro de Castellanos Mora. Escritura de otro orden, de otro género. Un ejercicio que vale la pena:

«Es fácil imaginar la indignación que cundiría ante un libro que se burlara despiadadamente del vino chileno, de las empanadas, las universidades, el himno nacional, el puerto patrimonial, la torre Entel, las autopistas, los premios Nobel, la poesía, la marraqueta, los militares, los animadores de televisión, el cine, en fin, de todo aquello que suele asomar como orgullo nacional».

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s