Feria «expo café 2022»

En este blog nos gustan las ferias: la del sanguche, de vinos, así que ahora fuimos a una de café. ¿Qué gracia tienen las ferias? No siempre son los precios o las gangas (solo a veces, solo algunos lo hacen), pero permiten saber si lo que se pone en la publicidad es cierto.

Y en el café, en Santiago de Chile y en varias otras ciudades del país, hay una escena: mucha gente fue, probablemente porque la organización entregó muchos tickets a $0 en su momento, pero también porque hoy existe harta oferta de granos de café, métodos para prepararlo en la casa, en una oficina o para poner una cafetería en serio, incluyendo productos como poleras, bombones, agua purificada, pecheras o esos menjunjes que saborizan el café para que se lo tome la gente que odia el café. Muy alentador ver tanto entusiasmo (bueno, la cafeína tiene estas cosas), pero el lugar escogido tiene problemas de ventilación (todavía hay que tenerle respeto al covid, ¿no?) y señal de internet (si un ser humano no postea en redes sociales sus actividades, ¿es realmente un ser humano? Si un terminal de pago no puede hacer transacciones, ¿es posible la vida humana?).

Una escena también es un conjunto de caras reconocibles, además de marcas y perfiles de instagram. Desde los chistosos de We Are Four (que vendían unos pocos sanguchitos, ja ja) hasta los avezados Mandrake, o desde los metropolitanos Señor K hasta los australísimos Patagonia Blend se podían reconocer estilos y énfasis. Quizás lo que más sorprende es que uno desarrolla cierta modesta capacidad para notar las diferencias entre tostados, orígenes, métodos, recetas. En eso nos llamó la atención la solidez de Taller Café de Valparaíso y la variedad de productos que presentaron Lama-CafeStore. Nos perdimos las competencias de latte art, de filtrados y de espressos, pero queda bastante claro que variedad, matices, espacio para gente distinta e ideas más nuevas, de eso hay.

Por lo mismo nos llamó la atención la fila (larga) para tomar Nescafé. ¿Por qué alguien iría a un evento así a probar la versión más fome del café? La respuesta no deja de ser interesante: 1) porque todos probamos el café soluble primero, y ponerle leche/crema/azúcar/cacao nos llevó a encariñarnos con el resultado; 2) porque la gente del café es en su enorme mayoría extremadamente buena onda, y eso implica que no excluyen a casi nadie (no son ángeles, pero no es un ambiente pesado, al contrario) incluyendo el café masivo; 3) porque con entradas a $0 y mucha degustación gratuita, es super obvio que había público que leía «wush-wush», «honey», «yellow bourbon» o «geisha», o miraba precios que parecen tirados de las mechas y pensaba oh qué lata, quiero algo que yo entienda.

Hay cantidades de fotos, concursos, videos y premios que dejó el fin de semana. Se pueden encontrar por acá.

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